La calidad de nuestra carne tiene una historia que empieza a finales de los 80, cuando nace la granja El Espino. Este fue un emprendimiento porcicultor de vanguardia en Santa Cruz que transformó la ganadería porcina en Bolivia.
A través de la innovación tecnológica y la aplicación de genética de alta calidad en la crianza de cerdo, El Espino logró criar animales con bajo contenido de grasa, convirtiéndose en el líder del rubro y un referente a nivel nacional.
Hoy en día, El Espino es sinónimo de calidad; su visión pionera de producir cerdos de alta calidad y saludable para el consumo, es el impulso que dio luz a La Porcina en septiembre de 2013, para poder llevar esta carne directo a la mesa de cada uno de nuestros clientes directos e intermediarios.